En la tarde del domingo 11 de enero, cuando el ganadero y quesero Francisco Javier Colmenarejo (www.santomames.es), dejó en el valle del Lozoya su pastoría de cabras para irse a comer al mediodía, un grupo de cánidos atacó su rebaño dispersando las cabras hacia un pinar próximo, donde mató a 30 de ellas, así como probablemente a otras 50 que aún no han aparecido.
Javier Colmenarejo es un ganadero que apuesta firmemente por el mantenimiento de las razas autóctonas, por la producción de calidad, por el desarrollo de una actividad compatible con la conservación de la biodiversidad que permita mantener un mundo rural vivo.
Podéis conocerle mejor -a él y su visión- en este video, elaborado en el marco del Mercado de Custodia:
Lo ocurrido el 11 de enero supone un golpe durísimo para la explotación de Javier, ya que su producción de leche ha disminuido de 120 a 30 litros, y la que ha podido ordeñar estas semanas de muy mala calidad debido al nerviosismo que sufren los animales.
Y además, con la pérdida de una parte importante del rebaño, se arriesga a perder la subvención por razas autóctonas en peligro de extinción, tras muchos años de esfuerzo seleccionado los mejores ejemplares.
Él expresa su situación y consternación en este comunicado que difundió hace unos días:
«Una semana después de haber sufrido el mayor ataque certificado por la Guardería de la Comunidad de Madrid, seguimos buscando las muchas cabras que faltan vivas o muertas. Mientras tanto, exigimos que se nos indemnice dignamente por las 80 bajas, aunque no se localicen todos los cadáveres, así como por las otras cabras dañadas y el gran lucro cesante.
Exigimos que no se nos arrebate la compensación económica por Ganadería Autóctona en peligro de extinción en Montaña, al no disponer ya, dadas las 80 bajas, de las 300 cabras necesarias.
Exigimos también medidas preventivas efectivas, y facilidades para el uso de perros mastines, no multas como hasta ahora.
Exigimos que asuma su responsabilidad la Comunidad de Madrid.
No estamos solos, nos apoyan los vecinos, la Federación Estatal de Pastores, los sindicatos agrarios, la Guardería, la Asociación de Ciencias Ambientales-ACA y todos los amantes del lobo, que comprenden que los ganaderos no podemos, ni debemos ser los únicos e indefensos pagadores en este injusto drama. Si de verdad es la sociedad en su conjunto la que quiere al lobo en la Sierra, exige tú también que el Gobierno de la Comunidad de Madrid asuma toda su responsabilidad».
Desde la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo entendemos que es esencial que las administraciones públicas competentes asuman su responsabilidad y compensen con la mayor celeridad posible a los ganaderos que sufren daños por cánidos en algunos lugares de España. Además, es necesario avanzar para mejorar el diálogo entre la administración y los afectados y mejorar, también, las medidas de protección de los rebaños.
Mientras se avanza en la adopción de soluciones justas, nos unimos a la campaña de apoyo a Javier Colmenarejo que, entre otras medidas, está tratando de ayudarle a recomponer su rebaño mediante una iniciativa de micromecenazgo: la adopción de cabras.
La idea es que, las entidades o personas que lo deseen, adopten una cabra para el rebaño de Javier, contribuyendo así a paliar los daños que ha sufrido. El apoyo se articula a través de un donativo de 200€ -el precio de una cabra de Guadarrama de producción lechera-, que se deben ingresar en una cuenta bancaria. Para realizarlo, basta contactar con el correo electrónico javier@quesosdemadrid.es
Allí os facilitarán los datos y, una vez realizado el ingreso, desde esa dirección os enviarán vuestro ‘Título de adopción de una cabra del Guadarrama’.
Además, Javier regalará un queso por cada cabra adoptada y ofrecerá una comida en su finca a los adoptantes, para poder enseñarles la explotación y cómo trabaja en ella, lo que supone ser ganadero en extensivo, la labor artesanal de la quesería y que podamos apreciar lo que cuesta y el valor que tienen esos quesos.
También, para aquellas personas que deseen contribuir con una cantidad menor, existe la posibilidad de la adopción compartida. Y, además, la opción de comprar quesos a futuro –por un precio de 20€-, que serán entregados cuando la explotación funcione de nuevo en condiciones normales. Todas ellas, formas de ayudar a Javier Colmenarejo y, también, contribuir a la recuperación de una actividad sostenible y con un impacto muy positivo en el medio.
Y es que la biodiversidad y la conservación de nuestros montes pasan no sólo por la existencia de especies silvestres, sino por la permanencia de actividades tradicionales sostenibles tales como el pastoreo en extensivo y la conservación de razas ligadas a esos paisajes. Ellos son un elemento clave en la belleza de estos espacios y en la conservación de su biodiversidad, que se vería notablemente alterada sin la existencia de las personas que cuidan y habitan estos espacios, auténticos pastores de nuestro medio ambiente.
Javier, ya me adelanté a «quesos a futuro» así que apadrinaré encantada una cabra e iré a conocer tu quesería con mi padre, cuando llegue el buen tiempo y nos des el visto bueno para conoceros!!
Un fuerte abrazo,